viernes, 27 de agosto de 2010

NUESTRA AMÉRICA ESTÁ EN CAMINO!


Crónicas Guaraníes (1)
Juan José Tamayo
Atrio, 23 de agosto, 2010

“¡Ñane Amérika Tee Oñemongu ‘ Ehína!” “¡Nuestra América está en camino!”, en guaraní y castellano, las dos lenguas oficiales de la República del Paraguay que habla la mayoría de la población. Éste fue el tema del IV Foro Social Américas celebrado en Asunción (Paraguay) del 11 al 15 de agosto de 2010. Era a su vez el lema, la consigna y la constatación de una realidad.
Ciertamente, Amerindia camina hacia la utopía de la liberación de los Imperios y de los poderes hegemónicos (internos y externos) que vienen dominándola multisecularmente y hacia la utopía de la integración política y social desde los pueblos como respuesta a la crisis sistémica y al cambio civilizatorio.
Así lo confirmaron los múltiples actores, las plurales miradas, las más bellas lenguas, los diferentes rostros, las más variadas voces: feministas, indígenas, campesinas, afrodescendientes, ecologistas, pacifistas, altermundialistas, trabajadores y trabajadoras, intelectuales, educadores y educadoras, cantautores y cantautoras, estudiantes, movimientos sociales del Norte y del Sur reunidos en el Instituto Nacional de Deportes de la ciudad paraguaya de Asunción.
Así lo expresaron con distintos acentos los analistas políticos, los activistas sociales, los líderes y las lideresas que participaron activamente en el Foro: Rigoberta Menchú, Magui Valbuena, Mariví Vargas, Yenia Rivarola, Irene León, Adolfo Pérez Esquivel, David Choquehuanca, Fernando Lugo, Evo Morales, José Mujica.
Todos ellos hicieron memoria colectiva, en clave subversiva, de los dolores y las esperanzas o de la esperanza dolida de Amerindia, de sus luchas y resistencias, de los saberes propios olvidados y hoy recuperados, de la colonización destructiva de ayer y de los procesos de descolonización de hoy, de las mujeres doble o triplemente oprimidas que se levantan, hacen oír su voz y se empoderan, de las culturas y religiones sofocadas que resurgen de sus cenizas y afirman su identidad y dignidad inviolables, de los eco-cidios, bio-cidios, teo-cidios, fenimi-cidios, afro-cidios, indigeni-cidios, campesino-cidios, etcétera.
El Foro propuso alternativas para otro mundo posible, apostó por otros modelos de sociedad, defendió la soberanía de los pueblos de Amerindia, afirmó resueltamente sus identidades, pero abiertas a otras identidades, defendió la ética del “bien vivir”, que constituye una revolución en la ética, una interpelación y un desafío a las diferentes filosofías morales occidentales, desde la Ética a Nicómaco, de Aristóteles, hasta la ética dialógica de Habermas. Los movimientos feministas y ecologistas juegan un papel fundamental y son claves para un futuro distinto, basado en el “bien vivir”, no en el “vivir mejor”, que siempre se logra a costa del vivir peor de los demás.
Los participantes en el Foro programaron estrategias de lucha contra las políticas militaristas que sometieron a los pueblos amerindios a permanentes estados de excepción, la violencia patriarcal y racista, la depredación de la Naturaleza, la destrucción ambiental, la falta de respeto a la Pacha Mama, la Madre Tierra.
Los pueblos latinoamericanos, dijo un enérgico Fernando Lugo, recién llegado de Brasil de una sesión de quimioterapia, en su discurso a los participantes en el Foro, están viviendo un proceso de cambio y de progreso sin precedentes. Amerindia “se está convirtiendo en una fábrica de sueños realizables de ‘otra América’ y creando nuevos paradigmas de desarrollo, no construidos por aquellos tecnócratas foráneos ostentadores de falsas premisas y ocultos intereses. Y ello mediante el aprendizaje autónomo de miles de latinoamericanos que ofrecen resistencia al modelo económico voraz del neoliberalismo”. Mensaje que fue ratificado por Evo Morales, presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, y por José Mujica, presidente de la República Oriental de Uruguay.
Otro mundo y otra Amerindia son posibles a partir de la soberanía y la integración de sus pueblos, ambas irrenunciables. Y todo por la vía del diálogo, no de la guerra, que hay que desterrar del continente latinoamericano. El avance social, cultural, económico y político sólo es posible en el marco de la unidad y la solidaridad.
Pero es necesario estar alerta y ojo avizor porque, como dijo también Lugo, los procesos democráticos y de cambio todavía no están consolidados y corren peligro. ¿Alarmismo? No, realismo. Y a los hechos se remitió: el golpe de Estado en Honduras, que tanto daño ha hecho a la democracia en América Latina.
El Foro se desarrolló en un clima lúdico-festivo, de solidaridad, de compartir, de diálogo y de acogida por parte de los paraguayos y paraguayas. En mi caso, tengo que agradecer la hospitalidad prestada por el Comité de Iglesias de Ayuda en Emergencias de Paraguay, que personifico en Idalina, Cristina y Tania, por el Centro Memorial Martin Luther King, Jr., que personifico en Tamara, Kirenia, Ivett y Raúl Suárez, y por la AECID, que personifico en el profesor Antonio Gómez Iruela.
El país que nos acogió con gran generosidad es un Estado de seis millones de habitantes, multicultural, multiétnico, multirreligioso y multilingüístico. Como otros pueblos de Amerindia, históricamente ha sido objeto de genocidio, etnocidio, ecocidio, teocidio, feminicidio y de despojo de la población aborigen, resultado de la concepción conquistadora y colonizadora de la cultura europea. Pero está viviendo un momento de esperanza. Amerindia es, quizás, el único continente que ha pasado de la crítica del neoliberalismo a la construcción de alternativas.
Seis fueron los ejes temáticos del Foro:
1. Alcance y desafíos de los procesos de cambio en América Latina y el caribe: post-neoliberalismo, integración, socialismos, Buen Vivir/Vivir Bien y cambios civilizatorios.
2. Estrategias de militarización y dominación imperial, y alternativas de resistencia de los pueblos.
3. Defensa y transformación de las condiciones y modos de vida frente al capitalismo. Soberanía Alimentaria como base de nuevos equilibrios de vida.
4. Disputas hegemónicas: comunicación, culturas, conocimiento, educación.
5. Pueblos y nacionalidades indígenas originarios y afrodescendientes: el reto de la plurinacionalidad.
6. Memoria y justicia histórica.
Dos fueron los ejes transversales: la igualdad de género y las diversidades.
En sucesivas crónicas desarrollaré algunas de las experiencias innovadoras vividas en el Foro.

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